Retos de la cadena de suministros post pandemia COVID-19
Desde el inicio de la pandemia a finales del año 2019 en China, el mayor consumidor de materias primas y commodities del mundo, se podía prever un impacto negativo a gran escala sobre la producción y suministro de productos a nivel global.
La inamovilidad social, de carácter obligatorio en la mayoría de los países, generó una reducción importante en la manufactura y distribución de materias primas y productos terminados, lo que significó una caída abrupta en la oferta y demanda de diferentes rubros, mas no así en el intercambio comercial del sector alimentación y salud, primordiales para la vida.
Como primera medida, y ante la imposibilidad de paralizar las operaciones, las empresas del sector logístico redujeron su capacidad operativa disminuyendo su personal laboral para poder cumplir con los protocolos sanitarios dictados por las autoridades nacionales de cada país. Esto, claramente, afectó la capacidad de respuesta en los tiempos de entrega para toda la cadena de suministros.
Si bien es cierto que a medida que avanza la pandemia también van avanzando las medidas de restricción, ahora con la aprobación e inoculación de las vacunas, se puede ver en gran parte de los países industrializados una leve mejoría y descenso en la tasa de contagios, esto ha llevado a levantar ciertas restricciones, sobre todo en el sector productivo. Sin embargo, las restricciones de la pandemia si bien se han venido flexibilizando en algunos países, en muy pocos casos se ha llegado a los niveles operativos que mantenían las industrias antes de la pandemia. Adicionalmente, falta por ver los efectos a mediano y largo plazo como resultado del primer semestre de la pandemia en el año 2020 y el impacto de la nueva realidad en las operaciones logísticas globales.
¿Cuáles efectos podríamos esperar a mediano y largo plazo?
Al encontrarse el mundo en una situación tan compleja en materia de movilización tanto interna de cada país como en traspaso de fronteras, los meses siguientes al primer semestre de la pandemia han dejado notar los primeros indicios.
A mediano plazo, la interrupción de la oferta por la baja producción, debido a las medidas de confinamiento, se une a la baja demanda por la reducción de ingresos de parte del sector laboral, causando el cierre de empresas y, por ende, la pérdida de empleos. Esta situación conllevará a largo plazo a la creación de nuevas empresas con un criterio distinto y adaptado a las necesidades que van apareciendo en la “nueva realidad”.
En el caso del sector logístico, se van mostrando a mediano plazo cambios temporales en la estructura de las cadenas de suministro a medida que van flexibilizando y evolucionando las restricciones a nivel mundial. Pero estos cambios temporales, son la punta de lanza para la nueva configuración de los procesos a través de nuevas alianzas y socios comerciales.
A esto le podemos sumar que el desarrollo de nuevas tecnologías y el auge vertiginoso del e-commerce, están acelerando los procesos de automatización de las cadenas de suministro para que, a largo plazo, garanticen la producción, comercialización y distribución en caso de presentarse una nueva contingencia mundial.
Retos
Los cambios en las estructuras de negocios abarcan todas las áreas, no solo las operativas. Más allá de restricciones, vacunas y campañas de concientización, las organizaciones están transformando sus procesos, en algunos casos, con una orientación clara, en otros, bajo un enfoque de ensayo y error. En ambos, incluye una curva de aprendizaje que, según el alcance de la organización, puede tener impacto en sectores productivos.
Como vemos, si bien es cierto que, durante el lapso que ha transcurrido la pandemia, el sector logístico a nivel mundial no se ha paralizado, por obvias razones, sí ha tenido un ligero efecto en las dimensiones de su estructura organizativa. Lo que hace necesario el desarrollo de planes y regulaciones elaborados a partir de las nuevas necesidades, coyunturas y posibles hechos sobrevenidos que permitan mantener la operatividad, conjuntamente con los sectores productivos, para garantizar el flujo ininterrumpido de la cadena de suministros.
Sin embargo, no todo es malo. La realidad es que este proceso da paso a nuevas alianzas estratégicas y a gestiones más eficientes, obligando la aceleración de los planes que se debían desarrollar a cinco años ahora deben ejecutarse, en ciertas situaciones, en meses.
A pesar de que en algunos de los países de mayor desarrollo se han flexibilizado las medidas de confinamiento y restricciones laborales, gracias a los planes de vacunación, aún gran parte del mundo (sobre todo en Latinoamérica) sigue con una alta tasa de contagios, situación que no permite la recuperación idónea de la economía global. ¿Cuánto tiempo más durará esta coyuntura? Aún no se vislumbra ni siquiera una fecha estimada, aunque, poco a poco, se van viendo indicios claros de recuperación. Es imperativo seguir avanzando y desarrollando nuevos proyectos y estrategias para aprovechar las oportunidades que presenta la nueva realidad.